Usar una cámara TLR es extrañamente satisfactorio

Las cámaras TLR son ligeramente similares a las cámaras SLR o DSLR más famosas que existen desde hace bastante tiempo. Estas cámaras fueron diseñadas para funcionar con un solo espejo grande e inmóvil que reflejaba la luz directamente hacia arriba después de pasar a través de la lente de la cámara, aunque estos pequeños no tienen una, sino dos lentes adjuntas. Esta peculiaridad los hace extremadamente raros y curiosos.

El sistema de doble lente tiene un propósito. La lente inferior toma la imagen y la lente superior sirve como lente de visualización. La óptica es más o menos la misma en términos de distancia focal, pero solo la lente inferior tiene un sistema de apertura en su interior. Debido a este despliegue, la cámara le permite al fotógrafo seguir observando la escena después de presionar el botón del obturador, ya que el espejo no necesita levantarse para exponer la película a la luz, de forma similar a como las cámaras con telémetro le permiten al fotógrafo continuar observando la escena. después de presionar el botón del obturador. Por alguna razón desconocida, esta forma de tomar fotografías ha sido crítica en la fotografía callejera, quizás después del famoso enfoque del “momento decisivo” de Henri Cartier-Bresson.

La disposición de los elementos en la cámara descrita anteriormente, y su forma de trabajar, invitan al fotógrafo a utilizarla a la altura de la cintura, aunque no es la única forma de encuadrar una imagen, como se puede apreciar en esta imagen que estoy realizando. un disparo de una forma bastante curiosa.

El año pasado tuve la oportunidad de usar una cámara de formato medio gracias al sistema TLR. Durante mucho tiempo soñé con tener una de estas cámaras, así que en mi cumpleaños en 2016 decidí darme un pequeño regalo y compré esta cámara. Nunca he tenido una de estas preciosas herramientas en mis manos; por lo tanto, la prueba de funcionamiento fue un viaje bastante curioso. Vi muchos videos que explicaban cómo cargar y descargar la película, y también cómo exponer una toma, así que me sentí bastante cómodo con la lógica de la cámara. Una de las cosas más curiosas fue la forma arcaica en que se empaquetaba la película de medio formato. Lo encontré simple y directo.

Finalmente llegó el día esperado, y la cámara que tanto había visto en internet por fin estaba en mis manos. Sé que hay cámaras TLR de formato medio más míticas (como la famosa Rolleiflex) pero la Yashica Mat 124G fue la que me abrió la puerta a este formato completamente desconocido. En lugar de encontrarlo difícil de usar, fue una experiencia maravillosa desde el primer día.

A continuación se enumeran algunas rarezas que encontré mientras aprendía a usar una cámara TLR. No son pros ni contras, son meras curiosidades que descubrí mientras trabajaba en este interesante formato.

Relación de aspecto 1:1

Una de las cosas más curiosas de trabajar con una cámara TLR fue la extraña naturaleza de la relación de aspecto 1:1. Componer en esta relación de aspecto me pareció extraño, pero encontré una forma más o menos perezosa de superar esta "dificultad". Empecé a entender todo como dos rectángulos que se complementaban. El verdadero "problema" me apareció mientras caminaba por las calles, porque tenía que componer rápido, así que comencé a ver mucho espacio negativo no deseado (que definitivamente no era atractivo) en mis fotografías.

La derecha es izquierda y la izquierda es derecha

Está bien, lo sé, esto parece citar las palabras ebrias del Capitán Jack Sparrow, pero en realidad esta fue la sensación que tuve cuando comencé a componer fotogramas con mi cámara. Es complicado seguir a alguien por la calle con una herramienta que ve todo al revés. A veces solo apunto mi cámara y espero a que el sujeto pase por mi encuadre; otras veces necesito seguirlos con una mentalidad retorcida.

Su naturaleza obvia

Al tomar fotografías con una cámara TLR, la cámara del visor debe estar completamente extendida hacia el cielo. Esto hace que el dispositivo sea absolutamente obvio e imposible de ocultar. Usar un aparato tan obvio en multitudes puede ser un desafío, pero descubrí que gracias a poder tomar fotografías sin dirigir los ojos directamente a los sujetos, es totalmente inocuo para el público. Incluso podría decir que tiene un alma inocente que no amenaza la privacidad de las personas en las calles.

12 Imágenes

Mi afición por la fotografía empezó de la forma habitual en estos días, con cámaras digitales, y poco a poco me fui adentrando en el mundo analógico por varios motivos (curiosidad, autodesafío, acceso a formatos inalcanzables en digital, etc.). La primera vez que usé una cámara de 35 mm me sentí muy limitado al tener que trabajar con solo 36 fotogramas. Después de esa extraña sensación, aprendí a tomar menos imágenes, pero más reflexivas. Luego, con la cámara TLR, descubrí que podía limitarme aún más, a 12 fotografías. Después de filmar en el formato de película de 120 y luego decidir filmar un rollo de película de 35 mm, se siente como una eternidad.

Completamente silencioso

Una de las grandes sorpresas que me encontré con el sistema de cámaras TLR fue que a pesar de su gran tamaño y su mayor peso, la máquina era totalmente silenciosa. Un clic apenas perceptible sale de ese gran bloque de metal y vidrio, lo que lo convierte en un gran compañero para la fotografía callejera.

Una de las mejores cosas que he experimentado con la cámara TLR es su simplicidad. La máquina es muy simple de usar, tiene un sistema de enfoque bastante simple que es fácil de entender y, en caso de que las condiciones de luz le den algún problema al enfocar, las cámaras tienen una pequeña sorpresa incorporada:una pequeña lupa para obtener imágenes precisas. enfoque. Además de esta sencillez, también he encontrado que es una cámara muy humilde; sabe llevarse bien con mi cámara favorita, la Fujifilm X100T. Para un paseo de varios días en el que no quiero correr ningún riesgo, puedo meter las dos cámaras en un bolso pequeño y andar sin ningún problema.